Estudio Cine
sábado, 20 de octubre de 2012
“Los Sospechosos De Siempre” de Barry Singer (1995)
“Los sospechosos de siempre” es un policial del cine negro, el cual no se priva de destacar la estética de dicho género, por medio de sombras remarcadas, contrapicados pronunciados, policías corruptos (Dean Keaton) detectives (David Kujan, Agente Baer y Jeffrey Rabin), antihéroes (Mcmanus, Hocktney, Fenster, Keaton y Verbal) y una leve historia amorosa entre el policia corrupto y la femme fatal (Edie Finneran), mezclando toda esta estética en una acusación hacia cinco sospechosos implicados en el robo de un camión, y posteriormente implicados en el secuestro de un barco con droga del cual sólo sobrevive un tal Keyser Söze (autor del crimen) y Verbal Kint, el posterior protagonista que rearma la “historia”.
Por un lado, sí partimos de la pregunta ¿Quién es Keyser Söze? No es porque no identifiquemos a Verbal Kint con Keyser Söze, sino que es notorio como en el film el supuesto abogado ‘Kobayashi’, funciona de doble de Kint, dicho abogado le anticipa continuamente al espectador que Kint, no es quien parece ser. Le anticipa que él es su doble, el otro. Por otro, acompañamos el punto de vista de Verbal (focalización externa) casi en toda la película, porque son pocos los momentos en donde el enunciador deja abierto otro camino de sospecha, y cuando instaura las dudas del discurso de Kint en la comisaría, tampoco ofrece demasiados indicios.
Sólo sabemos que un hombre que se encuentra en el hospital vio a Söze y que a partir de dicha descripción se está haciendo un identikit; además de tener la supuesta certeza de la información de los policías, los cuales prometen equívocos al confiar en la gran actuación de Kint. Entonces esta doble historia se plantea a nivel de personajes (como mencionamos anteriormente), a nivel espacial y a nivel temporal, en donde los indicios que revelan la verdad del film son dilatados en comparación con la información que nos ofrece el protagonista.
Porque la historia principal es una gran mentira, y la historia secundaria es la verdadera, la que sólo se comprende al final. Keyser Söze, sociedad anónima Keyser Söze es el “M el vampiro” de criminales y policías, es la combinación de Nosferatu y Drácula, es la construcción de un personaje que nos remite no sólo a la estética del cine negro, sino que también remite al Expresionismo Alemán. Esta construcción del personaje cuestiona la estética realista del film, y le da cierto contenido fantasmagórico.
Asimismo, lo fantasmagórico se instaura, no sólo en la estética, sino también en la disociación del personaje que encarna Verbal Kint. Son dos personas contrapuestas, un rengo que sólo ha estafado (que se plantea por el abogado Kobayashi, como el estafador de Söze) y el mismísimo Keyser Söze, quien no conocemos nunca salvo por su doble, de igual estética y de igual fantasmagoría que él: el abogado “Kobayashi”.
El modo en que Kint comenta la aparición gradual de Kobayashi hace que el espectador vaya junto con Kujan construyendo lentamente un mito, que multiplica al mito de Keyser Söze. Por ejemplo: en la escena en donde están, los cinco sospechosos en la habitación de un hotel con una mesa de billar en el medio del salón, vemos aparecer entre sombras por primera vez a Kobayashi; aquí el enunciador logra que por un segundo, confundamos la figura de Kobayashi con Verbal Kint, ya que primero nos muestra al abogado y luego vemos a la luz a Kint. El abogado tiene un corte de pelo similar a Kint, y viste de un modo formal, del mismo modo que el hombre que vemos bajar por la escalera del barco para escapar del incendio luego de haber matado a Keaton.
Entonces Kobayashi se construye, como diría Morín como “el doble, la imagen-espectro del hombre. Esta imagen es proyectada, alienada, objetivada hasta tal punto que se manifiesta como ser o espectro autónomo, extraño, dotado de una realidad absoluta”. Pero a su vez el enunciador propone paradójicamente un Kobayashi que se asimila a Kint pero se aleja del Söze construido por Kint en la comisaría.
Sólo entendemos que el abogado es el doble de Kint/Söze recién al final. Entonces, esta disociación de dobles, es a su vez duplicada por el desconocimiento del espectador, pues durante la historia obtenemos primero el par Kobayashi/ Kint, en donde la similitud radica en la apariencia, lo cual extraña al espectador, y como segundo par ya si al final, obtenemos la dupla Kobayashi/Söze. Cabe destacar, que el abogado nunca tiene nombre propio, y que sólo creemos en su existencia luego de haber corroborado con los propios ojos del narrador (y los nuestro) que este extraño personaje existe.
Por esta razón consideramos que es doble a partir de que son dos personas las que encarnan la “construcción Söze” -que va más allá de la mera identidad de Keyser- o que es una sola persona (atribuyéndole dicha interpretación a un tono fantasmático y siniestro del film) disociada, un yo y su otro, su alter ego. Tiempo presente, tiempo inventado Pero lo fantasmal y siniestro del film que expone la disociación, no se compone sólo por la construcción de los personajes, sino que el manejo del tiempo entre un presente real, un pasado mítico y un pasado inventado, le imprimen cierta incertidumbre al film en donde el espectador, no logra comprender más de lo que el protagonista marca.
El film se compone mediante nueve analepsis, de las cuales ocho son externas y la última es interna. Desde la primera a la séptima, todas se articulan bajo el punto de vista de Kint, la octava responde al punto de vista de Kujan, y la novena es un sumario, con imágenes de Kint y Keaton pero narrada por Kujan. La mayor eficacia reside justamente en que todos los flashback del film, salvo los dos últimos sean contados de la voz- yo del protagonista, y que esos últimos flashbacks no sean más que una conclusión errada del detective gracias a la falsa información, algo que el espectador acompaña constantemente.
Entonces, se da el mismo mecanismo paradójico en el cual lo real no se comprende, porque no puede ser descubierto y lo irreal se transforma en verdad, razón por la cual el espectador trata de reinstaurar los datos reales en la irrealidad. Sabemos que existe un tal Keyser Söze, gracias a un testigo Húngaro que se encuentra en el hospital y lo describe como el demonio, pero no sabemos quién es, toda nuestra reconstrucción sobre el mítico personaje ronda en el cuento de Kint, en las advertencias, de Kobayashi y en el temor de Arturo Márquez (el contrabandista argentino que Keyser asesina en el barco).
Pero no son sólo las analepsis las que contribuyen para generar dos tiempos el presente y el pasado (compuesto a su vez por dos tipos, el mítico y el “realista”), sino que además la duración influye en la conformación de la intriga puesto que en el presente la historia dura casi lo mismo que la película: la película dura una hora cuarenta y cinco minutos. y sabemos que el interrogatorio que Kujan le hace a Verbal dura dos horas; en cambio, la duración de los flashbacks es mucho menor a la duración real. Pero este juego hace que el interrogatorio se dilate, y se dilate la verdad, la que se descubre a partir del identikit y la que descubre Kujan al final.
De ese modo, observamos cómo por medio de una ficción dentro de la ficción se dilata la verdad de esta última y se aumenta el suspenso y lo insólito de un personaje que maneja todo pero que no se sabe ni siquiera si existe. Para colmo, el manejo de la frecuencia resulta repetitiva a partir del relato sobre el asesinato de Keaton, del cual obtenemos tres puntos de vista: en el primero vemos a Keaton bajo el enunciador, Keyser dice su nombre, Keaton le responde preguntando el nombre de Keyser, pero no vemos al personaje porque el enunciador se sitúa un poco más abajo que la mirada de Keaton y luego Söze lo mata. El segundo punto de vista es bajo Kint, en donde Keyser se compone ya como un demonio, y no es visto completamente por temor del protagonista. La tercer vista es en los ojos de Kujan, quien presionando a Kint, propone que Keaton es Keyser, y que no murió.
A partir de esta tríada, se compone lo real, lo mítico y lo inventado (lo irreal) respectivamente, en donde lo mítico y lo inventado provienen de la misma irrealidad. Entonces este manejo del tiempo entre lo pasado y lo presente, construye los personajes, y construye a su vez la doble dupla de la que hablamos en el ítem anterior. Dándole inocencia a Kint, y distanciándolo de Keyser Söze; o sea de él mismo.
Se construye un demonio, un mito, que no se ve pero que tenemos delante de nuestras narices durante todo el film. A modo de comentario, finalmente y para no transgredir demasiado las normas, el enunciador decide enterarnos de la situación, a nosotros y al detective. La realidad y la irrealidad del espacio La construcción del espacio, la escala de planos, la desfocalización, las alturas y la escenografía, logran también distanciar el espacio real, del que es inventado por Kint en la comisaría, como del espacio que es contado fantásticamente por Kint en el interrogatorio.
El primer espacio posee una estética levemente más realista que el segundo, con el fin de no llegar a sembrar altas sospechas por parte del espectador, y en contraposición radical, el tercer espacio se construye desde la irrealidad total, a partir de las luces, los tonos, y el desenfoque de la imagen, casi como un sueño, lo cual genera un contraste suficiente que remarca la realidad del espacio inventado. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el espacio del barco siempre es construido con cierto tenebrismo, que destaca lo siniestro del caso, algo que instaura el hecho casi como obra del diablo mismo: por ejemplo, el plano medio del cadáver quemado que sacan del río, como también la pronunciada sombra, que Arturo Márquez ve entrar al camarote.
El primer ejemplo responde al espacio real del film, el segundo al inventado, pero en ambos casos, se destaca la monstruosidad que los acerca al mito. En contraposición, en la comisaría el espacio es construido de un modo completamente realista, en donde los racord de mirada se corresponden, para justificar los planos/ contraplanos en contrapicado de Kint, hacia Kujan, quien parece ser instaurado en la figura del poder. De todos modos a partir de los movimientos de cámara que responden siempre a los ojos de Kint, vemos que observa la pared de donde sacará los nombres necesarios para su versión, y asimismo, el pedido del café resulta de gran importancia, ya que gracias a la instauración de “poder” de Kujan, Kint extrae de la taza el nombre de porcelanas “Kobayashi”, que dará el toque final a su historia.
Todos estos indicios, son justificados a través de la utilización del espacio bajo las normas de género, en donde no es extraño encontrarse con contrapicados, o raccords de mirada hacia objetos, por que como dice Bordwell “el espectador trabaja sobre indicios suministrados por el medio y las convenciones estilísticas”. En cuanto a la escenografía, los espacios despojados de ella, con respecto al espacio inventado por Kint, se contrapone al espacio de la comisaría o el hospital en donde no sólo abundan los objetos sino que además, los planos son más cerrados (aunque sean generales) que los planos de por ejemplo el lugar en donde se encuentran con Redfoot, un narcotraficante de poca monta, o el espacio en donde se desarrolla el encuentro con Kobayashi.
Es importante destacar que la creencia del espectador en el discurso de Kint, se instaura a partir de que, en el momento en que Kobayashi se presenta y habla de Söze, por medio de un plano medio Kint se pregunta ¿Quién es Keyser Söze? Dos veces, al principio y en el final de dicho flashback. Inevitable no creer en su ignorancia. Algo para destacar es que el espacio que es construido por Kint, no es sólo construido por él, sino que gracias a la paralepsis, el enunciador se hace cargo de contarnos también ese invento, y como dicho enunciador no llega a distanciarse totalmente del punto de vista de Kint, nosotros tampoco lo logramos, lo cual genera la inevitable identificación con el asesino.
Entonces, nuevamente tenemos un doble espacio, aquel que es inventado y aquel que responde a la realidad. Conclusión Entonces, "Los sospechosos de siempre", es un film que articula sus elementos a partir de la doble estructura temporal, espacial y de personajes. Esto no sólo habla de una doble estructura para armar una intriga efectiva hacia el espectador, sino que además expone el tema de la representación en la representación, puesto que Kevin Spacey, actúa de Keyser y Keyser actúa de Kint, del mismo modo sucede con Kobayashi, quien actúa de un supuesto abogado bajo la imaginación de Keyser y actúa de la mano derecha del mismo.
Además la representación se construye como una historia dentro de otra historia, la verdadera de la cual en realidad mucho no conocemos, y la falsa que sería la ficción. Este cuestionamiento se da a nivel cinematográfico, pues cuestiona la ficción del film incluso como realidad ficticia, pues durante los ciento cinco minutos somos engañados por la película que Kint le cuenta a Kujan. Con lo cual el espectador no sólo vuelve mundo posible el film, sino que además vuelve mundo posible la mentira del film.
Por último, si creemos en la realidad de la ficción de la mentira es porque esta se materializa en imágenes al igual que la ficción propia de la película. Allí radica la diferencia más notoria con otros films que plantea la representación dentro de la representación, puesto que muchos de ellos dejan en claro que la representación es una mera mimesis. No así en “Los sospechosos de siempre”.
Esta película es un clásico exponente del cine policial de investigación y enigmas. Desde el inicio, comenzamos a escuchar un nombre que sonará durante toda el film: Keyser Soze. Este personaje funcionará perfectamente en fuera de campo. Alrededor de ese nombre se tejerán innumerables misterios que se ira develando con el correr del film. Tenemos una rueda de presos rutinaria, cinco sospechosos juntos - lo cual lo hace más sospechoso porque alguien los junta, ocultando el verdadero propósito de esa reunión-. Los personajes se encuentran muy bien identificados. Mc Manus es un hombre de acción. Dean Keaton es el cerebro del grupo. Verbal Kint se encarga de planear el robo de las joyas, pero siempre adopta un bajo perfil. Los dos restantes se masifican en el quinteto. A estas alturas, los que vimos la película, sabemos el juego memorable que somete Verbal al detective Kujan.
Hasta que éste descubre que su interlocutor había sido, en realidad, el mismísimo Keyser Soze, pero ya era demasiado tarde para detenerlo. Es increíble la escena donde el abogado Kobayashi les entrega un maletín de parte de Soze que contenía el detalle de la vida de cada uno de ellos. El único que no habló acerca del contenido del sobre fue Verbal Kint, es decir, Keyser Soze (que manejaba los hilos a su antojo).
El fuera de campo de Soze trabaja soberbiamente a lo largo de la cinta. Esto se demuestra a tal punto de hacernos creer: que primeramente no existe, que después si existe (y que puede ser alguno de los cinco sospechosos). Nos manipula de tal manera de hacernos suponer que la sospecha recae en Keaton, para que al fin descubramos que el famoso personaje al que todos temían había estado hablando horas con el detective Dave Kujan ( o sea Verbal Kint).
Ahora bien, el momento en donde Kujan se da cuenta que fue timado es grandioso: en cinco segundos une todas las piezas del rompecabezas y exhibe la verdad, sea cual fuere esta. Porque habría que ver si todo lo que dijo Verbal fue imaginado en la oficina del departamento de policía. La pregunta que nos surge es: ¿qué fue lo que realmente ocurrió? Es como si toda la película estuviera fuera de campo, tornando al relato en una total mentira. ¿Realmente existió la rueda de presos? ¿Robaron las joyas? ¿Viajaron a Los Ángeles? ¿Mataron a Saul? ¿Hubo algún encuentro con el supuesto abogado?
De lo que sí estamos seguros es de que hubo una masacre en San Pedro y que todos murieron calcinados, excepto Verbal Kint. El director nos engaña al principio, haciéndonos ver que alguien presencia el asesinato de Keaton, detrás de unas cuerdas. Incluso, esa escena vuelve repetirse más adelante. El verdadero logro de esta cinta es, sin dudas, el habernos incorporado toda la información de Keyser Soze, a tal punto de que nos intrigue su personalidad, su entorno, su historia.
Como mencionamos al principio, la película se inscribe en el genero policial de investigación. El detective no se involucra físicamente, pero siempre desea saber algo más. El deseo de descubrir si Keaton vivía o no, nubló todo su razonamiento. De modo que hubo tenido a Keyser Soze enfrente de sus narices sin saberlo, hasta que fue demasiado tarde. El objetivo de Keyser parecía simple: permanecer en el más completo anonimato. Todos conocen a Verbal Kint, pero nadie conoce a Soze. Este ultimo, armó un plan, meticulosamente , con el único fin de asesinar a la única persona que hubiera podido reconocerlo.
El resto es historia, pero no la historia que contó Verbal/Soze -que de hecho no existe-, sino la que pasa por nuestras cabezas una vez visto el film. Magistralmente llevado a través de flash-back que nos hacen viajar de un momento a otro de la situación. El personaje de Keyser Soze es un fuera de campo físico y concreto: no lo vemos nunca, pero sabemos que existe. En este relato, más que nunca, es importante la relación que se establece con los nombres de los sospechosos, especialmente, con el de Soze cuyo espíritu se percibe a lo largo de toda la película, cada vez que se lo nombra. A través del relato de Verbal Kint al agente Kujan, los cinco sospechosos tienen que sortear diferentes obstáculos hasta llegar al ultimo umbral (Puerto de San Pedro).
Cada uno tiene algo que perder y de hecho, todos pierden sus vidas. Aquí no hay héroes ni villanos, sino personas que fueron manipuladas por la mente siniestra de Keyser Soze. Lo que sucede al comienzo de la película en San Pedro es un enigma que se maneja durante las dos horas del film. Hay una indagación (la de kujan) y hay elementos, que nos dice Verbal que nunca alcanzamos a ver. Claramente podemos observar que los cinco sospechosos no son otra cosa que desviados sociales, piezas que alguna vez formaron parte de la actividad lúdica de Keyser Soze.
lunes, 15 de octubre de 2012
JACKIE BROWN 1997 Quentin Tarantino




domingo, 14 de octubre de 2012
Tom Reagan (Gabriel Byrne), mano derecha de Leo, le dice que comete un error enfrentándose a Caspar. Posteriormente, Tom se acuesta con Verna, a espaldas de Leo. Verna ordena al alcalde y al jefe de policía de la ciudad que hagan una redada en los clubs que regenta Casper.
Tom, que debe una importante suma por su afición a las apuestas, es conducido ante Casper, que le propone pagar la deuda si le entrega a Bernie. Tom se niega y le propinan una paliza. Por la noche, tres guardaespaldas de Casper atacan a Leo en su propia casa y la incendian.
viernes, 11 de marzo de 2011
Ingmar Bergman
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Electra (1962) de Michael Cacoyannis
Electra (Grecia, 1962). Dirección: Michael Cacoyannis; Guión: Michael Cacoyannis, inspirado en la tragedia dramatúrgica de Eurípides; Fotografía en blanco y negro: Walter Lassally; Música: Mikis Theodorakis; Con: Irene Papas (Electra adulta), Yannis Fertis (Orestes), Aleka Katselli (Clitemnestra), Phoebus Rhazis (Egisto), Takis Emmanuel (Pilades), Notis Peryalis (el campesino al que se da a Electra por esposa), Manos Katrakis (el tutor de Orestes), Theano Ionnidou (líder del coro), así como Eleni Carpeta, Kitty Arseni, Eleni Marinou, Anna Stavridou, Eleni Marki, Elli Trigonopoulou y Rota Logapoulou, entre otros.Duración: 113 minutos. Fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera en 1963.
No hay acción sin consecuencias
Abrevar en lo que se conserva de lo mejor de la dramaturgia helénica es ejercicio provechoso. Como se sabe, los pilares fundamentales de la civilización occidental son la cultura griega, la romana y la judeo-cristiana (con su indispensable barniz árabe, claro). La primera nos devuelve a los orígenes, a lo primigenio, a esas formas de comprender a lo humano y lo otro en su compleja y multivariada interrelación.
Según los eruditos, Eurípides presenta su Electra hacia el 413 a. de C. En ella, su autor se demuestra con propuestas innovadoras en la técnica teatral de la época, amén de que la psicología de sus personajes es más profunda y acabada que la lograda en obras suyas anteriores como Las Troyanas, Sísifo,Andrómaca o Hécuba. Opta porque la acción central se lleve al cabo en la casa de un modesto campesino, a la que se ha dado por esposa a la princesa Electra, hija del rey Agamenón y su esposa Clitemnestra (luego de que el primero es victimado por el amante de la segunda, alentándolo esta última), quien por respeto a su condición y origen (está con él no por elección propia, sino por los aviesos designios de otros) se abstiene de hacerla su mujer en los deleites conyugales. El boato de la corte y las grandes edificaciones son ajenas a estos páramos yermos en los que vive como puede la gente sencilla. Esta afortunada decisión de Eurípides permite que el drama y la historia que se despliega gocen de un escenario más intimista.
Electra, en su inevitable dimensión trágica, aborda ya desde el siglo V antes de nuestra era, asuntos tales como la traición criminal de la cónyuge a su marido el rey; el adulterio; el matricidio perpetrado por el par de hijos despojados por la viuda Clitemnestra y su amante Egisto, quien usurpa el trono de Argos; el papel que juegan los augurios y entidades como el Oráculo de Delfos, decisivos en la acción que emprenderán los protagonistas para confirmar, desde entonces y para siempre, que no hay acción sin consecuencias.
En 1962, a los cuarenta años de edad, Michael Cacoyannis, cineasta griego nacido en una población de la provincia de Chipre (y conocido mundialmente porZorba, el griego, basado en la padrísima novela de Nikos Kazantzakis, con la participación de Anthony Quinn, Alan Bates e Irene Papas, con música de Mikis Theodorakis), decide llevar a la pantalla Electra, film con el que inicia su trilogía basada en tragedias de su paisano Eurípides. La completan Las Troyanas(1970) e Ifigenia (1976).
Electra el film, sin falsos entusiasmos, es un constante despliegue de fuerza, aciertos, intuición y talento. Filmada en blanco y negro con un sobrio y acertado trabajo tras la lente de Walter Lassally (quien logra énfasis significativos a través de elementos primordiales como lo son tierra y cielos: la primera el lugar donde viven, sobreviven y mueren los seres humanos; lo celestial, el ámbito donde los dioses disfrutan de todo género de bienes y placeres), al adaptar para la pantalla la tragedia de Eurípides, Cacoyannis desarrolla un notable trabajo como guionista. Al ser el punto de partida magnífico, se concentra en la esencia de la dramaturgia y conserva fielmente su apuntalamiento estructural. De esta suerte, en escenarios griegos muy similares a los dibujados por Eurípides, ingresamos a uno de los dramas postbelicistas que enfrentaron algunos de los héroes y vencedores de la gesta homérica. Para abrir boca, Cacoyannis ofrece la siguiente introducción: “Cuando la guerra contra Troya finalizó tras diez años, Agamenón regresó victorioso a su reino de Argos. El pueblo y su reina lo recibieron con grandes honores …”.
Pero en una década pueden suceder muchas cosas … como el plan y consumación de la muerte del recién llegado por la reina y su amante. La alegría muta en luto pronto. El agravio magnicida se ha enseñoreado de los cielos de Argos. La sangre de la sangre de Agamenón es humillada y pisoteada (Electra); o preservada del encono del usurpador Egisto gracias a la lealtad de antiguos colaboradores del rey victimado (Orestes). Como no hay acción sin consecuencias, llegará el día en que se ajusten las cuentas y paguen por sus felonías los traidores. En este sentido, en la obra euripidiana, al ser aderezado con ciertos elementos, el destino se aparece como fatal.
Electra, a pesar de las brutalidades que se han referido es, a un tiempo, profundamente sensible y sabia en el abordaje de lo que narra (como siglos después ocurriría con las tragedias del poder escritas por William Shakespeare). Quizá por ello, logra establecer paradigmas en el seno mismo de la cultura occidental y, como consecuencia, da pie a que, por ejemplo, Sigmund Freud desarrolle su planteamiento en torno al Complejo de Electra, entendido como el amor desmedido, rayano en lo antinatural, que una hija puede profesar por su padre (es necesario precisar que, en el film de Cacoyannis, ni la Electra joven ni la ya adulta llevan a pensar en un amor enfermizo, sino en todo caso en un sentimiento de justicia/venganza en contra de quienes agredieron a Agamenón a la mala y para la reivindicación de su memoria).
También hay cabida en Electra para el enaltecimiento de la nobleza y el buen corazón. Ello viene ilustrado con la generosidad del ahora anciano pastor que hizo las funciones de tutor de Orestes tras el asesinato del rey (interpretado por Manos Katrakis); por la disposición del fiel Pilades (Takis Emmanuel), quien acompaña y apoya a Orestes en su propósito por reencontrarse con su hermana Electra, buscar hacerse justicia y recuperar el reino arrebatado; finalmente, el caso del modesto campesino (Notis Peryalis) al que, como un acto de humillación a la princesa, es dada como esposa Electra, condenándola a una vida llena de limitaciones. Un diálogo que sostienen Orestes y Pilades sintetiza la calidad humana de este buen hombre que tanto recuerda al bíblico san José:“No es el hombre más importante de Argos. No es vanidoso como un noble. En verdad, la nobleza no es evidente porque uno puede nacer noble y no valer nada. La verdadera nobleza consiste en nacer con un corazón generoso”.
Así, al desnudar sin contemplaciones los recovecos del alma humana, sus pasiones y virtudes, Electra se constituye en crisol de los móviles del devenir humano en el curso de las eras.
Acaba por ocurrir en la película lo que tenía que suceder, con todos sus cruentos alcances. Antes, podemos advertir (para júbilo de feministas y demás) que Clitemnestra podía tener sus motivos y razones para fraguar lo que alentó y de lo que es cómplice, con respecto de Agamenón. Pero también, en una secuencia por demás intensa en que luce magnificente Irene Papas, Electra contraargumenta, “poniéndole las peras a veinticinco” a su progenitora, estableciendo a las claras que, para nada, está libre de culpa … inevitablemente, la Ley del Talión se refrenda como mala consejera, tanto en la Grecia antigua como hasta nuestros días, por lo que la venganza satisfecha no hace sino acarrear nuevas desventuras para todos: “Esta familia estaba maldita”, comenta una de las mujeres que han protegido a Electra tras su destierro del palacio.
Otros tres aspectos de particular relevancia en el discurso del film son el papel del coro, para nada acartonado ni de aura teatral, formado por las mujeres (todas vestidas de negro) que acompañan a Electra. Como conjunto, el coro se establece como un personaje de múltiples cuerpos y rostros, pero con un accionar único: útil no sólo para los propósitos del desarrollo argumental, sino para la formación de cuadros corpóreos, diríase que escultóricos, en varios momentos importantes de la película.
Asimismo, son de una maravillante raigambre primigenia las danzas y máscaras utilizadas durante la celebración báquica. El tercer factor al que me refería es la singular y magistral solución que Mikis Theodorakis da a la dimensión musical de la cinta, llenando de sentido paisajes, tránsitos argumentales y situaciones. Ello sin dejar de considerar la importancia atmosférica de numerosos espacios en los que es señero el silencio.
Irene Papas, con su poderosa interpretación del personaje, alcanza lo que, según algunos expertos, es su más notable trabajo como actriz … y vaya que ya es decir.
En opinión del que esto suscribe, sólo con su trilogía euripídica y con la siempre bienrrecordada Zorba, el griego, Michael Cacoyannis hizo méritos suficientes para instalarse entre los grandes-grandes del cine mundial. Y Electra es, sin duda, buena prueba de ello. Quizá en ello radica el secreto de su incontrovertible vigencia luego de veintiséis siglos de haber sido concebida.
APUNTE BIOGRÁFICO DEL REALIZADOR.
MICHAEL CACOYANNIS (cuyo nombre literal de nacimiento es Mikhalis Kakogiannis) nace el 11 de junio de 1922 en Lemeso, Chipre, Grecia. Tras una breve trayectoria como actor y director de teatro en Londres (país al que se transladó para estudiar Derecho … aunque siempre coqueteó en su estancia por ahí con la Old Vic Stage School), se vale en sus inicios de una versión reducida de su nombre -Michael Yannis- para efectos de rúbrica. Luego, en 1953, decide regresar a Grecia para iniciarse como cineasta en películas de las que también es su guionista. Así, tutela y apadrina los inicios cinematográficos de dos figurones del arte griego y mundial: Irene Papas y Melina Mercouri. Desde fines de la década de los cincuenta, abandera la promesa de un nuevo cine griego. Logra el reconocimiento internacional de dicha cinematografía, entre otras, con su magistral Electra (1962), a partir de la tragedia de Eurípides. Luego, atrae hacia sí las luminarias del orbe con el éxito alcanzado con su magnífica y memorable Zorba, el griego (1964), protagonizada por Anthony Quinn, Alan Bates y con la participación de Irene Papas, a partir de la extraordinaria novela de Nikos Kazantzakis y la música del film a cargo del incomparable Mikis Theodorakis. Se le reconoce con tres premios Oscar y seis nominaciones al mismo.
Antes de ello, a su regreso a Grecia, dirige varias películas de éxito en su momento: Stella (1955) y La muchacha de negro (1957), al tiempo que continua su carrera cinematográfica en Inglaterra. En su trabajo posterior aZorba …, completa una sobresaliente trilogía, a partir de creaciones de Eurípides, con Las Troyanas (1970) e Ifigenia (1976). El resto de su obra es un tanto desigual. En 1987 y como director teatral, hace la puesta en escena deIfigenia en Táuride, según la obra de Gluck, para la Ópera de Frankfurt.
Según Georges Sadoul, “Ha sido el primero en dar a conocer al mundo el cine griego, pudiendo ser considerado después de 1950, junto a Konduros y Tzávellas, como su mejor cineasta. En sus comienzos, bastante influidos por el cine inglés, supo mostrar con real autenticidad nacional a Atenas en Kiriakatino Xyprima, a los barrios populares en Stella, a una pequeña isla en Lamuchacha de negro. Tras algunas vacilaciones, consiguió un gran éxito internacional con Electra, al haber sabido reponer la tragedia de Eurípides en el propio suelo de su patria”.
Dedicado, siempre en búsqueda, ha sabido posicionar en los escaparates mundiales el arte, la cosmovisión y distintas formas artísticas del pueblo griego.
FILMOGRAFÍA.
1953 El despertar del domingo (Kiriakatino Xyprima).
1955 Stella.
1956 Windfall in Athens.
1957 La muchacha de negro (Koritsi me ta mavra).
1958 To telefteo psemma (The final Lie).
1961 La mujer de la habitación 251 (The Wasthel/Il Relitto).
1961 Eroica.
1962 Electra.
1963 The Girl in the Green Eyes.
1964 Zorba, el griego (Zorba, the Greek).
1966 The Day the Fish Came Out.
1970 Las Troyanas (The Trojan Women).
1974 Attila 74.
1974 The Story of Jacob and Joseph (TV).
1976 Ifigenia.
1986 Dulce País (Glykia Patrida).
1992 Up, Down and Sideways (Pano, Kato kai Plagios).
1999 The Cherry Orchard.
Videoteca Antiguedad Clásica
1914 Cabiria (Cabiria)
1916 Intolerancia (Intolerance)
1925 Ben-Hur (Ben-Hur)
1932 El signo de la cruz (The Sign of the Cross)
1934 Cleopatra (Cleopatra)
1946 César Y Cleopatra (Caesar and Cleopatra)
1949 Sansón y Dalila (Samson and Delilah)
1951 David y Betsabé (David and Bathsheba)
1951 Quo Vadis (Quo Vadis)
1952 Androcles y el león (Androcles and the Lion)
1953 Julio César (Julius Caesar)
1954 Salomé (Salome)
1954 Atila, hombre o demonio (Attila)
1954 Atila, rey de los hunos (Sign of the Pagan)
1954 Demetrius Y Los Gladiadores (Demetrius and the Gladiators)
1954 El Egipcio Sinuhé (The Egyptian)
1954 Ulises (Ulysses)
1955 Helena de Troya (Helen of Troy)
1955 Tierra De Faraones (Land of the Pharaohs)
1956 Alejandro El Magno (Alexander the Great)
1957 Esclavas de Cartago (Le Schiave de Cartagine)
1957 Las noches de Cabiria (La notti di Cabiria)
1958 Cartago en Llamas (Cartagine in fiamme)
1958 El Rey Cruel (Herod The Great)
1958 La Espada y la Cruz (La spada e la croce)
1958 Los viajes de Hércules (Le fatiche di Ercole)
1959 Ben-Hur (Ben-Hur)
1959 El Terror De Los Bárbaros (Il Terrore Dei Barbari)
1959 Hércules y la reina de Lidia (Ercole e la Regina di Lidia)
1959 La Batalla De Marathon (La Battaglia Di Maratona)
1959 Los Ultimos días de Pompeya (Gli ultimi giorni di Pompei)
1959 Salomon y la Reina de Saba (Solomon and Sheba)
1960 Anibal (Annibale)
1960 Espartaco (Spartacus)
1960 La Batalla de Siracusa (L'Assedio di Siracusa)
1960 La Historia de Ruth (The Story of Ruth)
1960 La venganza de Hercules
1960 Salambo (Salammbo)
1961 Atlántida, el Continente Perdido (Atlantis, the Lost Continent)
1961 David y Goliath (David E Golia) & RatDVD
1961 El Coloso De Rodas (Il Colosso Di Rodi)
1961 Goliat Contra Los Gigantes (Goliath Contro I Giganti)
1961 Hercules en el centro de la Tierra (Ercole al centro della Terra)
1961 La Conquista De La Atlántida (Ercole Alla Conquista Di Atlantide)
1961 La Espada del vencedor (Orazi e Curiazi)
1961 Hércules en el centro de la Tierra (Ercole al centro della Terra)
1961 Reina Del Nilo Nefertiti (Regina Del Nilo Nefertiti)
1961 Rómulo Y Remo (Romolo E Remo)
1961 Ursus (Ursus)
1961 Ursus en el valle de los leones (Ursus nella valle dei leoni)
1962 Año 79. La Destruccion de Herculano (Anno 79: La distruzione di Ercolano)
1962 Barrabás (Barrabas)
1962 Constantino El Grande (Costantino Il Grande)
1962 El León De Esparta (The 300 Spartans)
1962 Electra (Elektra)
1962 La Destrucción de Corinto (Il conquistatore di Corinto)
1962 La Guerra de Troya (La Guerra di Troia)
1962 La Leyenda de Eneas (La Leggenda di Eneas)
1962 Los 300 espartanos (The 300 Spartans)
1962 Los Hijos del trueno (Arrivano I Titani)
1963 Cleopatra (Cleopatra)
1963 El hijo de Espartaco (Il figlio di Spatacus)
1963 El valle de los hombres de piedra (Medusa Against the Son of Hercules)
1963 Jason Y Los Argonautas (Jason and the Argonauts)
1963 Ursus en la tierra de fuego (Ursus nella terra di fuoco)
1964 El Coloso de Roma (Il Colosso di Roma)
1964 Hércules contra Roma (Ercole contro Roma)
1964 La caida del Imperio Romano (The fall of the roman empire)
1964 Los Gigantes de Roma (I Giganti di Roma)
1965 El Triunfo de los diez gladiadores (Il trionfo dei dieci gladiatori)
1965 Una espada por el imperio (Una Spada per l'impero)
1966 Faraón (Faraon)
1967 Dacios (Dacii)
1967 Edipo Rey (Edipo Re)
1967 La Reina Vikinga (The Viking Queen)
1969 Medea (Medea)
1969 Satiricón (Satyricon)
1970 Sócrates (Socreate)
1971 Escipión El Africano (Scipione Detto Anche L’africano)
1971 La invasión de los Bárbaros 1971
1971 Las Troyanas (The Trojan Women)
1973 Marco Antonio Y Cleopatra (Antony and Cleopatra)
1977 Ifigenia (Ifigeneia)
1979 Caligula (Caligula)
1981 Furia de Titanes (Clash of the Titans)
1983 Hercules
1985 El Rey David (King David)
1988 Medea (Medea)
1994 Hércules en el laberinto del Minotauro (Hercules in the Maze of Minotaur)
1994 Hércules en el mundo subterráneo (Hercules in the Underworld)
1994 Hércules y el círculo de fuego (Hercules and the circle of fire)
1994 Hércules y el reino perdido (Hercules and the lost kingdom)
1994 Hércules y las amazonas (Hercules and the amazon women)
1994 Salomon, El acceso al trono (Solomon, Vol.I)
1994 Salomón, El reino dividido (Solomon, Vol.II)
1997 La Odisea (The Odyssey)
2000 Gladiator (Gladiator)
2000 Jasón y los Argonautas (Jason and the Argonauts)
2001 Atila, el Huno (Attila)
2001 Druídas (Druids (Vercingétorix))
2001 Quo Vadis (Quo Vadis)
2002 El Rey Escorpión (The Scorpion King)
2002 Julio Cesar (Julius Caesar)
2003 Helena de Troya (Helen of Troy)
2004 Alejandro Magno (Alexander)
2004 Troya (Troy)
2005 Hercules (Hercules)
2006 Anibal (Hannibal)
2006 La leyenda del Minotauro (Minotaur)
2007 300 (La pelicula)
2007 La ultima legion (The last legion)